Lo que empezó como un momento difícil en la vida de Valentina Reyes, directora y guionista del largometraje «Las Mujeres De Mi Casa», terminó como una cinta brillante que no solo toca temas tan relevantes como las relaciones interpersonales dentro de una familia que atraviesa una encrucijada, sino que también terminó siendo galardonada como «Mejor Película» en la edición décimo sexta del Sanfic.
«Una familia compuesta por tres generaciones de mujeres, convive y coexiste con sus distintos procesos y etapas de vida en una antigua casa de Ñuñoa. Por un lado, Leonor, debe decidir su futuro, Mónica, desea cambiar su rutinaria vida, y por otro, Emilia, debe enfrentarse al Alzheimer, provocando que esta familia se transforme, se disuelva y se una, en torno a un mismo espacio y tiempo», así reza el storyline de este largometraje que no solo fue dirigido por Valentina Reyes, sino que también fue escrito por ella.
Directora + Guionista
La oportunidad para escribir este largometraje se dio cuando Valentina «tenía que llevar ideas al taller de título para elegir qué película iban a realizar para su egreso». La idea pronto surgiría cuando empezó a observar por lo que justo que estaba pasando en su vida. «El ver cómo mis abuelos paternos eran llevados a un asilo, y todo lo que significaba el cambio tanto para ellos como para nosotros como familia. No fue fácil presentar la idea, porque era muy doloroso para mi hablar de ello, pero con el tiempo también fui aceptando lo que pasaba a medida que iba desarrollando la película. Fue muy terapéutico», confesó Valentina.
Este proceso terapéutico se pudo introducir aun más dentro de la cinta, luego que Reyes tuviese la idea de crear tres personajes femeninas de diferentes edades que pudiesen simbolizar todo el proceso que ella estaba pasando con sus familiares en ese momento.
Reyes se sintió tan conectada con sus abuelos, quienes serían internados en un asilo, que estaba contrariada con la postura de su padre quien había tomado dicha decisión. «Era una mirada muy inmadura sobre el tema porque mi papá estaba sufriendo demasiado al llevar a sus padres a un asilo y el tener que vender sus cosas por necesidad para poder costear los gastos que significa una casa de reposo, y de eso me fui dando cuenta cuando fui creando a los personajes», comentó.
Dichas tres mujeres, de diferentes generaciones, mostrarían estas perspectivas tan distintas que se pueden tener sobre la vida… durante nuestra vida: «Cuando recién estás comenzando a vivir la vida y a entender lo que significa, cuando ya has vivido la mitad de tu vida y debes comenzar a construir tu segunda mitad, y cuando ya solo te queda tu pasado porque no puedes seguir construyendo un futuro».
Valentina Reyes no solo escribió este largometraje, sino que tuvo la oportunidad de dirigirlo, puestos dentro del cine que a veces pueden tener roces creativos sobre la perspectiva que debe tener una cinta.
Sin embargo, todo esto fue algo completamente nuevo para Reyes, quien acepta que el poder dirigir su propio guion le dio la oportunidad de darse cuenta que una vez puesta la escena, tanto para grabar o ensayar, hay factores que pueden ser modificables por efectos de la acción fuera del papel donde está escrita la cinta.
Con respecto el guion, también fue un aspecto nuevo para Reyes fuera de la inspiración. «Fue todo un desafío el poder traducir los conflictos internos y existenciales que tenía en mi cabeza al papel. Tuve una gran asesora de guión que fue Elisa Eliash, que me ayudó a procesar y a poder construir mejor un guión que realmente no tenía mucha estructura en el inicio, ya que sólo eran momentos que había vivido en mi vida tanto con mi familia como en solitario», agregó.
Honesta, nostálgica y humana
No fue ninguna casualidad que los tres personajes de este largometrajes fuesen mujeres, fue un mensaje claro que pueden existir historias que transmitan un mensaje, emoción, empatía hacía un público heterogéneo. La declaración no podía ser ignorada: Es necesario que hayan más películas de mujeres, creadas y hechas por mujeres.
«Quería que en esta película las mujeres se valieran por sí mismas, y que ni su objetivo narrativo ni sus obstáculos fueran provocados por hombres, sino por cuestiones propias de la vida que cada persona como ser humano vive», declaró Reyes.
El punto de que los personajes fuesen mujeres no limitaba que el público se pudiese sentirse identificado con los problemas o argumentos de la cinta. Dichos papeles también poseían personalidades, experiencias de vida, situaciones socioeconómicas que pueden separarse complemente de la perspectiva esteotipada de lo que sería una «típica película sobre mujeres».
«Quise, de forma sutil, instalar el contexto y el tiempo en el que viven, en donde las protestas y las demandas feministas están totalmente vivas, y cómo reacciona cada personaje frente a esto»
Reyes hablando sobre el mensaje feminista que puede trasmitir el largometraje y el reflejo de la situación actual que viven las mujeres en Chile.
Pisando fuerte
Las Mujeres De Mi casa ganó el premio para «Mejor Película» en la edición de este año del Sanfic (Santiago Festival Internacional de Cine).
«Por ser un película que construye un retrato inter-generacional donde la memoria, el espacio y el tiempo se convierten en una alegoría sobre los afectos, recuerdos, pérdidas y la complicidad de un espacio femenino que se resiste a extinguirse, el premio a mejor película va para Mujeres De Mi Casa». Este fue el mensaje que dejó el staff del Sanfic al anunciar la victoria de esta cinta chilena.
Luego que la contingencia sanitaria haya logrado ser superada, se empezará con la divulgación comercial de la cinta. Existe la posibilidad que podamos verla en Salas Comerciales de Cine Hoyts pronto.
Neolínea 